martes, 25 de abril de 2023

Poema dedicado al legendario cerro "Nariz del Diablo"

 Contraste de primavera

Qué triste te sentirás por tu infortunio
nunca has tenido vegetación
en tus faldas no creció una flor,
es tu faz pétrea cincelada
por un artista colosal,
piedras con las que un día
fuera tentado Jesús Nazareno,
tal vez será castigo del Creador
que por goloso de la belleza
te dejó tétrico
sin permitir a tus orillas nazca la flor,
pero sí alégrate que desde allí
miras al majestuoso río
y al frente la dulce Perla del Chira.
El nombre sarcástico que te pusieron desde antaño,
cerro de la Nariz del Diablo, nombre “maléfico”,
célebre desde tus antepasados
alégrate de ver la primavera
que cubren tus campos
de infinito verdor.
Sólo donde la tierra es fértil
es la esperanza del hombre que la trabaja,
el labriego en las mañanas
incansable y risueño,
siente el aire fresco de olor
a tierra mojada
recién arada,
observa con ilusión sus árboles frondosos
que mecen sus copas al ritmo del viento,
las suaves brisas en horas matinales.
Las avecillas con sus gorjeos
saludan al nuevo día de la alborada,
los chivos retozones hacen malabares de atleta
mientras pastan en las frescas hierva
a orillas del río Chira.
¡Oh Nariz del Diablo!
no llores en tus noches lóbregas,
pero goza de alegría por ser
el atalaya mudo testigo
orgulloso de tanta belleza.
Las campiñas te rodean
no puedes tu desventura,
la primavera acaricia tu faz empedrada
y te sonríe,
alégrate de este bienestar dichoso,
levanta tu cabeza
porque de cerca te besa el río.
El nombre con que te bautizaron es un sarcasmo
que no cabe a tan grande anfitrión 

Felipe Adrianzén Cortés
Sullana 15 de septiembre de 1964

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Felipe Adrianzén Cortés

miércoles, 19 de abril de 2023

Flores de todos los colores para don Adrián Flores Albán

Con "Alma, corazón y vida"..., mi artículo publicado el domingo 16-04-2023, en Semana, Diario El Tiempo, Piura, sobre don Adrián Flores Albán, pues hace unos días pasó al infinito de la historia musical del país.

Por Armando Arteaga

La sociedad peruana tiene características muy depresivas que suele aniquilar -casi siempre- cualquier resquicio de cierta felicidad, al éxito le pagan con el olvido, al amor con el desprecio, a la bondad con la locura, a la verdad con la mentira. Basta ver en las redes como miles de energúmenos sociales se comportan con resentimientos enfermizos ante los honores de los triunfos literarios de Mario Vargas Llosa. Una turba infame de iletrados y analfabetos, que nunca en su vida han leído un libro, y que escriben burro con v de vaca, exhiben sin temores sus vanas pretensiones de “tirar barro” con ventilador al más ilustre ciudadano peruano exitoso. Los peores de esta fauna sublime de atormentados son algunos “sesudos” intelectuales discordantes de izquierda. Digo todo esto, porque hace unos días falleció en el más reverendo olvido, don Adrián Flores Albán, el famoso compositor del valse “Alma, corazón y vida”.

Voy a peñas de música costeña desde que le pedí a mi padre que me “emancipara” a los dieciocho años, pues antes, en mis tiempos, uno adquiría la responsabilidad ciudadana todavía a los veintiún años. Fue en ese ínterin de mi desobediente adolescencia que conocí a tan ilustre personaje, un hombre sencillo a quien veía transitar por las calles del Rímac, bajo el puente, y con quien solía conversar en un restaurante que se llamaba “Rinconcito Arequipeño”, al que lo abrumaba con preguntas sobre la música criolla, abusando de su paciencia, de su docente figura. Era, este compositor musical, además, mi paisano, había nacido en Sullana, un 8 de setiembre de 1926. Obrero de construcción civil, a pesar de su fama musical y de su humilde actitud frente a la vida, un hombre sencillo, que cuando no había “laburo” en la construcción, a partir de 1988, se ganaba los garbanzos, trabajando durante veintiséis años al servicio del Hospital Materno Infantil de San Bartolomé de Lima. Y que ahora, recuerdo, me contaba, cada vez que le preguntaba, su valse “Alma, corazón y vida”, la había escrito cuando era soldado en el Batallón de Infantería, acuartelado en el Huásimo, tema dedicado a una enamorada “que no le había dado bola” en esa época.

Cuando Flores Albán fue ganado por los años y se fue a vivir (rodeado de sus hijos y nietos) a la ciudad Satélite “Santa Rosa” del Callao, entró prácticamente en un solitario anonimato, no usaba celular, y a sus 97 años, a pesar de su excelente estado de salud, cada vez era más difícil acordar una conversación con él, por el distanciamiento urbano hasta el Callao. A pesar de todo esta lógica, varios fines de semanas, lo fui a visitar. Y tuvimos excelentes conversaciones en estas efímeras reuniones, siempre llenas de recuerdos y de conocimientos musicales, en algunos “huaiques” de su barrio. Recuerdo haberle dicho que “Como una visión” me resultaba su mejor tema, al que él siempre respondía con una sonrisa “respetad al pueblo”… por “Alma, corazón y vida”. Tenía un sin número de composiciones: la polka “Que Viva Sullana”, y valses como “Ausencia”, “Por nuestro amor”, “Castigo”, “Más allá”, “Enigma de amor”, “Solo Tú”, y “Cruel destino”, entre otras. Su producción musical era numerosa.

Para mi gusto, Adrián Flores Albán y Miguel Correa Suarez, son los compositores piuranos que disputan el pedestal más alto de la música criolla peruana, no dejo de reconocer en una rápida antología a Pedro Miguel Arrese, en esta tierra de cantores y canciones, donde también destacan Rafael Otero López, Felipe Reyes Pinglo, Raúl Calle, “Mote” Ramírez, “Patorro” Rojas, “Vitucho” Mendoza Monasterio, Luis Cruz Núñez, Guillermo Riofrío Morales, y Miguel Ccicia Vázquez. Pero creo que Flores Albán, Correa Suarez, y Otero López, trascendieron fronteras, universalizando su mensaje. Y ese es el dilema, del hablar popular, de ir de lo simple a lo complejo, de ir al mundo sin salir de la aldea. Sé que estoy omitiendo otros nombres. El aporte de piuranos a la música costeña es tan amplio que creo que me da para escribir un libro. Volveré a ese tema en otra oportunidad.

El estilo norteño, piurano, tiene sus reconocidos motivos, su propia gema, con guitarra, cajón y voz mangache y/o malgache, antiguamente con arpa, donde su fuerte es el “tondero”, donde bailan hasta los colambos y los macanches, las iguanas y las pavas, entre los algarrobos, los ceibos y los sauces. El temperamento huraño de los piuranos se vuelve festivo con un rasgueo de guitarras. Allí la chicha es la bebida que alegra los corazones, y el “pachucho” nos devuelve la alegría.

Con el maestro Flores Albán, se va uno de los grandes, pues, hace unas semanas falleció, olvidado por los “desmemoriados” de este país. Nos dejó para siempre, pasó a la inmortalidad, aunque ya estaba -en vida- en esa inmortalidad. Es el último de una generación brillante de compositores que se va, solo comparable al ferreñafano Luis Abelardo “Chino” Núñez. Don Adrián es el poeta popular de Sullana, por eso merece una estatua en la ciudad.

viernes, 2 de diciembre de 2022

Una fiesta muy especial

Hoy los chilalos van a cantar
en una fiesta muy especial
acompañados por el compás
de las cigarras en su volar
 
Llega la oveja muy abrigada
la pobrecita está resfriada
viene el burrito bien adornado
con su amiguito el fiel venado
 
Ya entra el pavo muy elegante
sobre el caballo y de buen talante
cantan los grillos con su cri-cri
y hacen la fiesta un frenesí.
 
La gallinita sale a invitar
a su gallito para bailar
bailan la danza del maicito
juntan contentos sus dos piquitos
 
Salta la cabra muy despistada
se asoma el cerdo por la ramada
y muy oronda la vaca hermosa
lleva en su frente una mariposa
 
Corren contentas las ardillitas,
están luciendo sus medallitas
y la lechuza desde lo alto
toma las fotos con sus ojazos.

Autora: Blanca Azucena Ortiz Coronado
Ex docente I.E. “Las Capullanas” 

domingo, 4 de septiembre de 2022

Poema "LEVE SONROJO" (Conjunto de "haikus" de Carmen Arrese)

 Luz del Carmen Arrese Pacherres (Sullana, Piura, 1948). Poeta, narradora, ensayista. Graduada e Educación, Castellano y Literatura. Promotora cultural y directora de literatura del Instituto de Cultura de Sullana.

Obras: “Campos negros” (1968), “Libreta de Notas” (1969), “Silbando lunas” (1969), “Retorno de los latidos (1999), “Palabra de capullana” (2008), “Lista de espera” (2008), “Memorias & lienzos de luz-es” (2010), “Dixit” (2011), “Canicas de papel” (2011), etc. Autora del himno a la Beneficencia de Sullana. Dirige y edita el periódico “El centenario”.

Reconocimientos: Medalla centenaria de la municipalidad de Sullana, placa de la Dirección de Cultura de Azcuay (Cuenca), orden “José María Arguedas” en el grado de maestra del Consejo Nacional, distinción de la Sociedad Argentina de Letras, Artes y Ciencias (Tucumán, Argentina).

“Leve sonrojo” es un conjunto de sus haikus mejor logrados, el buen cuidado y la impronta de la autora son partícipes en esta presentación. Característica de matices y sensaciones contemplativas, bucólicas con una fina línea rítmica occidental que atrapa en paisajes la lectura y el paisaje. 


LEVE SONROJO 

Sobre la playa
barbotean espumas
risas al vuelo.


Caen dos hojas

las alejas viento

tú y yo apenas.


Faltarán frondas
que revistan tristezas
caído árbol.


Breve granizo 

aguanieves y vientos 

quenas andinas.


Mareas de luz 
juegan al atraparse 
grandes olas.


Hojas caídas

voceras otoñales

flamante savia.


Néctar matinal
brillo de colibríes
alas del año.


Nombres y fechas

describen el silencio

sobre la tumba.


Tras el silencio
dos enhiestos cipreses
ascienden sombras.


Vacío duelo

naturaleza muerta

desforestación.


Dulce vástago
simiente de paraíso
secreto vergel.


Voces al viento

precipitan temores

altivo ciprés.


Leve sonrojo
apagado ocaso
llevan los ojos.


A trasluz de sol

dos árboles apenas

rozan el tiempo.


Descarga fugaz
unida a mis poros
alguien te nombre.


Huella de abril

encubierto humedal

corteza viva.


¡Plácido gozo!
regresa a su cauce
grato torrente.


Al amanecer

divinos pigmentos

crean colores.


Casa campestre
bodegón imborrable
arte campestre.


Ligero temblor

imaginario roce

albo recuerdo.


Rosa mística
divina acuarela
pétalos de piel.


Sobre un clavel
una gota resbala
piel de papel.


Posa sus alas
mariposa oscura
loco presagio.


Denso follaje
coscojas de platanal
hilas capullos.


Larga ausencia
involuntario trecho
alejan pasos.


Plumas y brillos

pájaro huitzitzilin

miel de cada flor.


Con el rocío
colibríes migrantes
flor arco iris.


Albo corazón

dibuja tu sequía

quebrado árbol.


Su fotografía
guardada en un cajón
fiel penumbra.


Maternal afecto

borbotar de mi mente

eterna fuente.


Clarea el cielo
dos nubes blandas
semejan tu rostro.


Un anochecer

el rojo horizonte

desapareció.

 

HAIKU

¿Qué es un haiku?

Los haikus son poemas muy cortos, tienen solo tres versos y normalmente hablan de temas relacionados con la naturaleza o la vida cotidiana que pasa en un lugar y un momento muy concreto. Por ejemplo, cuando pasa una estrella fugaz en el cielo, cuando cae la primera hoja de un árbol o cuando llueve sobre un rio.

Son de origen japonés, pero son tan populares que muchos otros poetas los han adaptado y escrito, como el poeta mexicano Octavio Paz. Algunos poetas muy importantes empezaron a escribir haikus cuando eran niños, como la escritora Chiyo-ni, que escribió sus primeros haikus cuando tenía 7 años. Cuando cumplió los 17 años ya era famosa en todo japón por sus poemas.

El rasgo más distintivo de un haiku es su forma: se escriben en tres versos sin rima, de 5, 7 y 5 sílabas, respectivamente. Esta métrica es flexible: nada nos impide escribir haikus que tengan un número de sílabas ligeramente distinto.

El poema “Leve sonrojo” de Carmen Arrese es un ejemplo de haikus.

jueves, 30 de junio de 2022

Capullana del ayer

Poema de Luz del Carmen Arrese Pacherres

Repasando testimonios
como repaso los años
honor a la admiración
que sentí por mis abuelos.
 
Tradiciones de la vida
guardadas en mil cajetas
que reuní mocionada
recordando ratos buenos
 
Permíteme bosquejarte
con palabras enhebradas
mi paisano pensamiento,
que de tu origen encuentra
esparcidas las astillas
imperiosas de mi raza.
 
Madeja de trenzas brunas
relucientes de aceitillo,
piropos engalanados
con sus peinetas de brillo
 
Mejillas de rojo empacho
en faz mestiza tostada
en arcillosa callana
crisoles y porcelanas
 
Diaria habitual catadora
de la chicha y la caballa
luces tus largos zarcillos
con maliciosa sonrisa
y en tu receloso gesto
el matriarcal sentimiento
 
Por sobre los hombros llevas
alforja encantada en hilo
tejida en telar de incas,
en una talega el fiambre
y en la otra, oriunda limeta
tapada con tuza o chante
pa’ que no se caiga el agua
 
Olor de algarrobo tierna
desmayada en el petate
respetuosa cardinal
de tus curiosas costumbres;
luciendo en tu blusa blanca
las chaquiras que cerniste
en las arenas soleadas
 
Patente estoy recordando
a la churre del ayer,
la de los centavos gordos
 
Color intenso es la seda
de su falda, aún señora
peregrina del Cautivo
de Chocan y de Mercedes
faldón oscuro de vuelo
almidonado, albas cintas
bordadas en tus enaguas
tendida sobre la pampa,
escuchando con deleite
chilalos, soñas, choquecos,
con chirimías de alba.
 
Permíteme bosquejarte
en tu deshilada choza
de quinchas, cañas y esteras
que paró tu compañero
allá, sobre la lomada
rodeada de algarrobos,
tamarindos y tarayas,
siendo de una misma laya;
chavelitas y diamelas
presintiendo las entradas
dentro de tu humilde hogar,
aroma a café de olleta,
sahumerio de palo santo
a soledades de chacra.
 
Provocante seducción
son tus calzas coloridas,
pañadora de algodón
de algarroba y chamizas,
no me rezondres si miro
cantar y bailar tonderos
con tus zapatos de sol,
tus escarpines de arena,
curvada, mirando así
tu pañuelo alborotado
 
Un cántico de cololos
en las noches de faena
son de banda en la retreta
bajando a la ciudad ajena
 
Hechura en paja y tejido
tu sombrero entre el gentío
cual cántaros que abrazados
marchan besando tu suelo
Capullana de Sullana
alumbrada por mechones
con tu acento cantarín
¡Miénchicla! ché-guá-yá que ya,
y tu risa escandalosa
cosecha de temporal;
bebes néctar fermentado
en las tinajas de barro
servido en potos redondos
calabazos bien tatuados.
 
Poco a poco ya te pierdo
seducida en lo moderno
como una galleta de agua
que en el tiempo se deshizo
remojada en un pocillo
como un tabanco de cristal
que se quebró con los años.

Arrese Pacherrez, Luz del Carmen

Escritora, profesora y empresaria, nace en Sullana en l948.Estudia primaria y secundaria en el CEP “Santa Ursula”.
A los 15 años ingresa a la Univ. “Inca Garcilazo de la Vega” donde se titula en la especialidad de literatura y Castellano. 
En 1967 recibe el reconocimiento del rectorado por la publicación de su poemario “Poesía, prosa y nada”, 
dedicado a su madre. 
Fue fundadora del Grupo Literario Artístico Sullana (GLAS). 
En 1962 publica “Libreta de notas” y en l968 “Campos negros”
En 1996 la Municipalidad de Sullana le publica su poemario “Retorno de los latidos”.
Otras obras son: “Palabra de capullana”, “Silvando lunas” (1997), “Dixi”,“Canicas de papel” y “Paca Guaraca”, poesía llena de ensoñación y vitalidad.
Considerada como iniciadora de la síntesis poética, estilo original y de singular delicadeza. 
Ha sido antologada en “El hipocampo y las palabras” editado por la Biblioteca Nacional del Perú. 
Hilarante narradora de anécdotas en la que demuestra su amplia cultura. 
Alberto Alarcón, en su obra “Poetas y narradores de la región Grau”, respecto a Carmen dice “...es la poeta que representa el espíritu de transición de las escritoras piuranas hacia la modernidad”. 
J.G. Vargas en el libro “El perverso encanto de las voces” opina: “la perspectiva de Carmen Arrese se torna brillante cuando percibe y bucea el alma, con gran poder de síntesis” .