Artículo de Armando
Arteaga
domingo, 12 de diciembre de 2021
Los “Cuentos Tallanes” de Víctor Borrero Vargas
miércoles, 10 de noviembre de 2021
miércoles, 18 de agosto de 2021
viernes, 6 de agosto de 2021
Designan finalista al narrador Salvador Encalada
Designan
finalista en el gran concurso de narrativa “Julio Ramón Ribeyro” organizado por
la CASA DEL POETA DEL PERÚ, a través del portal literario La Flor de la
Espinela.
Julio
César manifiesta que esta nominación es un estímulo para proseguir en este
apacible oficio
A continuación, presentamos la creatividad lírica de Julio, en sus siguientes poemas…
PINCELADAS TORTUOSAS DE UN NOSOCOMIO GRIS
Vi salir pasos de un
hombre camuflado,
que dijeron ser médico
y con los ojos húmedos,
apenas la mujer avanzó
a increparle con frase impronunciable,
pero se haló de los
cabellos,
como ramas arrancadas
por un huracán enfurecido,
y no pudo evitar que
otra alma,
ascienda a un cielo ya agotado.
Un fuerte olor a
alcohol,
cundía a la vivandera acostumbrada
y alguien expresó:
aquí enfrente: ¡antibióticos,
ya no hay!
la que se haló los
cabellos, le dijo al sandillero,
¡triste es, no estar
allí para despedirse!
mientras imágenes de santos, rodaban por el
viento.
Como almas suicidadas
lucían las vías,
un bar de enfrente con
las puertas clausuradas,
y un afiche rojo,
repleta de sentencias anunciadas.
Cuan desnudo de impotencia
te sientes
sin poder evitar que
otros lloren,
perdiendo una fe languidecida,
desde la cripta
renegada en tus sueños.
Derechos reservados de autoría/ Salvatore Amauta-mayo, 2020
EVOCACIÓN DE UNA ADOLESCENCIA
Espérame
evocación sin hora fija
en páginas rebeldes,
llena de esos versos
sin descanso,
sin lluvia de henchidas
gotas,
que platican conmigo, hasta medianoche.
Espérame
destilando de tu fruto
inefable,
todo lo prohibido,
manojo de dalias perfumadas.
Espérame
en satélites habitados
y distantes,
y aunque luzcas malhumorada,
te hallaré,
en ese Júpiter de caterva misteriosa.
Espérame
una incógnita
adolescente eres,
escucha atentamente
que, a tu soberbio semblante,
le tiemblan de nervios sus manos.
Espérame
donde aún no cae la llovizna,
y los zapatos duraznos
que te encantan
retumban escalones desastillados,
con el
sonido del timbal de sus tacos.
evocación de adolescencia
sin hora fija.
Derechos reservados de autoría/ Salvatore Amauta
DE AZÚCAR, HOY DRENAN ACIDEZ A MIS VENAS
Caes de Andrómeda,
Ignota como el lunar
caprichoso,
que a tus mejillas embellece
el espacio perfecto,
y vas incrustando gota
a gota,
el azúcar más ácido que el olivar haya
producido.
Sinfónica melodía de
tus suspiros,
como un pulso
vibratorio, enciendes la máquina Pectoral,
ocultándote en mis
sueños,
de cafetal mirada,
que sólo desea de tus
labios violeta,
un soplo inmortal.
Recógete al paraíso de
donde emergiste,
y arranca el ácido
azucarado,
del hepático órgano que
gustosamente,
lo absorbe.
Has dejado en mi
aposento,
un destello de
violencia,
y esa paz que en
silencio reinaba,
se fragmentó, junto al rostro más latino.
Octubre, 2004Derechos Reservados de Autoría - Salvatore Amauta
ALIVIÁNAME LA CARNE, QUE DE LOS GUSANOS SON
Dicen ser cinco,
los sentidos adheridos
a ti,
pero estar con ella,
oliendo a brisa
es ducharte con un
sexto,
no lo niego.
Porque eres imán
multiforme,
cubierto de carne de
magra apariencia,
duchándote de vibras
tan sofisticadas,
como un panel solar
exento de estrés.
Porque eres imán,
carapacho de tortuga y
un hato de carne,
que necesitas sonreírle,
a los sentidos que
alquilan tu alivianado cuerpo.
Manantial célibe
reflejando recónditas
melancolías,
contactos tridentes,
hechos agua
carne y tierra,
van redimiendo esa aura vapuleada.
Roca nodriza sumergida
de rato en rato por
esta corriente,
roca nodriza
soportándome entre la
arena y el solsticio,
absorber la densa nube
obscura,
te ordeno.
Frente al apacible
silencio
donde los decibeles más
urbanos, no alcanzan,
estás tú,
aliviándome la carne, que de los gusanos
son.
Déjame confesar a tu
verduzco templo
déjame empapar el
espíritu,
con tu aroma prismática
a brisa ligera
que es sentir,
expandiéndose la vida.
Derechos reservados de autoría/ Salvatore Amauta/marzo 2019
viernes, 28 de mayo de 2021
Sensible poeta, Berta Núñez de Sandoval
Poeta en evolución constante, nos
muestra su alto espíritu sensible e interioridad juvenil para captar los
valores de la tierra y su importancia... Mi puente tiene alma / ¡lo oprime la
herida¡ / sobre el río gime / como despedida, /.
Nace en Sullana. Su obra aparece
dispersa en varias publicaciones y en la antología “Aires y cantares de mi tierra”
AL COCOTERO
Como un centinela
enhiesto en mi valle,
agita tus brazos
saluda al pasar
a todos los
hombres,
a todos los
sueños...
más altos que él.
Tiene ojos
redondos
vislumbra
horizontes
más allá del
valle,
luego ve venir
la lluvia copiosa
que trae
esperanzas,
se empapa en sus
ansias
porque un día el
fruto
de sus frescas
aguas,
realice los sueños
de este poblador.
Ven tú, sullanense
agita tu pecho
ríe con tu río
palpita en el
valle,
que el agua del
coco
te calme la sed...
Vamos cocotero,
plantando estos
sueños...
que mañana agites
en tus
altas manos,
toda la victoria
de afán y trabajo.
CARTAS DE MARY LYA
Papá:
Sabes que te amo
a pesar de esta
ausencia
yo te amo.
Sabías que te
busqué
en las tardes de
lluvia
y en las gotas
que cantaban mis
plegarias
yo, te hablaba
y que, en los
atardeceres
mirando el
crepúsculo
palpitaba la alegría.
Sabías, que te
pinté
en el medio del
paisaje,
atravesando el río
y venías sonriendo
a verme.
Entonces:
te puse una cinta
al pecho
con los colores
del arco iris
para sellar nuestra alianza.
Papá, te espero
en todos los
crepúsculos
mientras la lluvia
de la vida
y el silencio:
me platican de ti.
AL COCOTERO
enhiesto en mi valle,
agita tus brazos
saluda al pasar
a todos los hombres,
a todos los sueños...
más altos que él.
Tiene ojos
redondos
vislumbra
horizontes
más allá del
valle,
luego ve venir
la lluvia copiosa
que trae
esperanzas,
se empapa en sus
ansias
porque un día el
fruto
de sus frescas
aguas,
realice los sueños
de este poblador.
Ven tú, sullanense
agita tu pecho
ríe con tu río
palpita en el
valle,
que el agua del
coco
te calme la sed...
Vamos cocotero,
plantando estos
sueños...
que mañana agites
en tus
altas manos,
toda la victoria
de afán y trabajo.
CARTAS DE MARY LYA
Papá:
Sabes que te amo
a pesar de esta
ausencia
yo te amo.
Sabías que te
busqué
en las tardes de
lluvia
y en las gotas
que cantaban mis
plegarias
yo, te hablaba
y que, en los
atardeceres
mirando el
crepúsculo
palpitaba la alegría.
Sabías, que te
pinté
en el medio del
paisaje,
atravesando el río
y venías sonriendo
a verme.
Entonces:
te puse una cinta
al pecho
con los colores
del arco iris
para sellar nuestra alianza.
Papá, te espero
en todos los
crepúsculos
mientras la lluvia
de la vida
y el silencio:
me platican de ti.
jueves, 27 de mayo de 2021
miércoles, 26 de mayo de 2021
El viaje a la semilla de Gonzalo Higueras
El intento de una novela “histórica” que atrape los temas más
diversos y complejos de la “piuranidad” dentro de la narrativa actual piurana,
tiene en las novelas de Gonzalo Higueras un resultado sincero, por expresar sus
avatares del hombre moderno, en un mundo lleno de rutinas e intrascendentes
mecanismos, disperso en el desacorde del tiempo, en el periplo de la vida, y el
desconcierto de los límites de la muerte
Por Armando Arteaga
La narrativa de Gonzalo Higueras, por momentos, logra un desgarramiento interior muy intenso en su última novela “El Primer Vicús” (Editorial Atalaya, febrero 2020) ¿Por qué no logré entender el amor? Se pregunta, el personaje principal Juan Valladolid, al volver de cara a su realidad, al divagar por sus recuerdos de su vida fragmentada. Testimonio de una inadaptación, manifestación de un acercamiento directo al “ser piurano”, sentimiento y emoción de una dicción expresiva, invadida de ficción y realidad vigente, hecha de pasión y de canto, una traducción de dolor e ironía.
Esa
angustia asistencial moderna -muchas veces- obliga al hombre moderno peruano a
trascender a través del amor, logró en su cultura un sincretismo –de cierto
mestizaje- en donde el lenguaje de dos realidades tan diferentes: el mundo
europeo y el mundo indígena, se mesclaron, para siempre, en una patria, en una
razón de ser, en la metáfora de una unidad dando origen a formas expresivas de
preocupaciones occidentales unidas a un interés de la herencia originaria en
temas de gran contenido humano.
El viaje fantástico y centrífugo, de una espiral intermitente, de Juan Valladolid, desde Chulucanas en Perú, hasta Arezzo en Italia, no lo redime, del –concluyente- retorno centrípeto, del repentino desenlace, al laberinto de su choledad, renacimiento de “todos vuelven” al lugar donde nacieron, a partir del distanciamiento al mirar unas fotografías de objetos artísticos de la cultura “Vicús”. Una historia que logra consolidarse en el silencio de las cosas, en la búsqueda hacia el pasado desde una cotidianidad existente. Reintegra, en su narratología estética, los recursos técnicos y los atributos de la perspicaz y desenvuelta prosa de Juan-Marie-Gustave Le Clézio (de la “nouveau roman” francesa), y de los aportes del realismo de Alejo Carpentier.
Ya
Gonzalo Higueras nos había deleitado con su
anterior novela “El Último Tallan” (Editorial Arkabas, septiembre 2010), en
una consistente indagación sobre lo tallan, del detallado conocimiento que
tiene sobre la historia y la arqueología del pasado piurano, todo ese
“background” que mezcla mitos y leyendas, con “ficciones” de personajes como
Ñuri y Walac, Luis Colán (el “principal” de san Lucas) y Manuela Sáenz (La
Libertadora del Libertador), el pescador paiteño José Cañote, y José Pardo, el
último tallan. La novela como una totalidad, las partes que parecen “relatos”
como escenas donde lucen las vidas de los personajes.
Aunque
Gonzalo Higueras confiesa devoción por la obra del mexicano Juan Rulfo y del
piurano Miguel Gutiérrez, creo que su narrativa está ubicada y vigente, por
supuesto, en otros universos. No es necesario encasillar su mirada en un
contexto local. Describe muy bien escenarios europeos visitados por “peruchos”,
por ejemplo, este párrafo: “Antes de culminar su maestría, Juan
Valladolid conoció a Francesca Rossetú. Se cruzaron caminando por la Plazza
della Signoria en Florencia. El vestía ropas discretas, tenía la piel crispada
de timidez, arrugado en un mundo desconocido. Al verla balbuceó, como si
hubiera debilitado su memoria. Francesca lucía una belleza voluptuosa para los
sentidos de Valladolid; poseía unos largos cabellos de oro y un rostro
expresivo y fascinador; su inteligencia se reflejaba como una luz en sus rasgos,
y los ojos, aunque pequeños, relucía espontáneamente; llevaba una blusa fina y
una falda que flotaba sutil, exótica, como la aparición de un sueño de
primavera”. Un clasismo técnico y un realismo social moderno que le da
plenitud a la realidad.
Pero también, Gonzalo Higueras, posee esa racionalidad admirable cuando describe la realidad piurana, así el puente viejo, que era el único paso entre Piura y Tacalá, Castilla: “Fue construido en 1893, gracias a la Compañía Duncan Fox, su gerente Roberto Temple, y el piuranísimo Miguel Checa y Checa, que garantizó su construcción. Fue un puente de fierro muy bello, de origen inglés, con balcones en forma de semicírculo, donde los piuranos se enfrascaban en inacabables tertulias en el murmullo de su corriente”.
Una tendencia a la confesión realista, un atento anhelo de comunicación con nostalgia, resignadamente una expresión del realismo local que cristaliza la memoria de los piuranos.
Novela
de gran intensidad, que resalta escenarios de Chulucanas y el Alto Piura,
costumbres, chismes, chistes, cumananas, tonderos, y anécdotas, que son el
fuerte de la oralidad piurana, que le da por momentos una visión sentimental
hacia la santa tierra, cuando Valladolid visita el poblado de Yapatera, con sus
afrodescendientes en la plaza, un pueblo en desprolijo, con su iglesia aún sin
terminar y sus pistas y veredas bastantes descuidadas. Pero de pronto surge la
alegría del cumananero Fernando Barrenzuela, y la “leyenda urbana” de su
encuentro también con Mario Vargas Llosa, lleno de múltiples ocurrencias,
cuando el Nobel fue a buscar información sobre los tiempos del auge del “oro
blanco” en las haciendas algodoneras de Yapatera.
“El
Primer Vicús” de Gonzalo Higueras en un
buen aporte para el prestigio de la novela piurana
![]() |
Página 15 del suplemento dominical "Semana" donde se publica el artículo "El viaje a la semilla de Gonzalo Higueras" descrito líneas arriba aquí |